Por increíble que parezca, tu salud en general, y los hábitos de estilo de vida, pueden tener un impacto en tu salud dental. Un claro ejemplo: la obesidad puede aumentar el riesgo de enfermedad periodontal (encías).
Y ¿sabía usted que fumar tabaco puede hacer que la enfermedad de las encías empeore más rápido? Estudios han demostrado que los fumadores son de tres a seis veces más propensos a sufrir enfermedades periodontales avanzadas que los no fumadores. Además, los fumadores o exfumadores son cinco veces más propensos a tener una pérdida ósea severa que los no fumadores.
No sólo fumar aumenta potencialmente la posibilidad de que desarrolle la enfermedad de las encías, puede también hacer que el tratamiento sea mucho más difícil. Además, el tratamiento puede tener menos probabilidades de tener éxito. Eso es porque el tabaco dificulta la cicatrización en la boca.
A veces las cosas que creemos se son “cool”, también pueden ser un peligro para la salud, como los piercings orales. Las infecciones orales son comunes, pero también pueden contribuir a dientes agrietados o fracturados. Los piercings orales también pueden conducir a la recesión de la encía, lo que puede provocar que los dientes se suelten y caigan.
Muchos profesionales médicos consideran la obesidad una enfermedad crónica. Bien se entiende que la obesidad está aumentando en los Estados Unidos, y que las personas más jóvenes se convierten en obesas debido a la mala nutrición y hábitos alimentarios. Investigaciones han demostrado que la obesidad puede aumentar el riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2, artritis, enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios y cánceres de endometrio, mama, próstata y colon. La obesidad puede aumentar la probabilidad de desarrollar enfermedades periodontales, y puede ser la resistencia a la insulina la que regula la relación entre la obesidad y las enfermedades periodontales.7
La amenaza más grande del tabaco para la salud puede ser su asociación con el cáncer oral. La Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer informa que:
Aproximadamente el 90% de las personas con cáncer de boca y algunos tipos de cáncer de garganta han usado tabaco. El riesgo de desarrollar estos cánceres aumenta conforme las personas lo fuman o mascan más a menudo o durante más tiempo.
Los fumadores son seis veces más propensos que los no fumadores a desarrollar estos cánceres.
Cerca de un 37 por ciento de los pacientes que continúan fumando después del tratamiento de cáncer desarrollará un segundo cáncer de boca, garganta o laringe. Mientras que sólo el 6 por ciento de las personas que dejan de fumar van a desarrollar estos cánceres secundarios.
El humo del tabaco de los cigarrillos, puros o pipas puede causar cáncer en cualquier lugar en la boca o en la parte de la garganta justo detrás de la boca. También puede causar cánceres de laringe, pulmones, esófago, riñones, vejiga y varios otros órganos. Fumar en pipa también puede causar cáncer en la zona de los labios que entra en contacto con la espiga de la pipa.
El tabaco de mascar se ha ligado al cáncer de mejilla, encías y la superficie interna de los labios. El tabaco de mascar aumenta el riesgo de estos cánceres por casi 50 veces.